dilluns, de juny 01, 2009

CARTA A UN AMIGO


JOSEP, JOSE, TIET o SUEGRO, así te llamaban las personas que te querían, cada uno te llamaba de forma diferente, pero todos coincidían en saber que delante tenían una buena persona, sencilla, honesta con él y con los demás.

Lo difícil de escribir esta carta es intentar ordenar los sentimientos que afloran, sentimientos de rabia, de dolor, intentar ordenar los recuerdos.

Siento rabia, por lo prematuro de tu marcha; rabia, por que esta maldita enfermedad no te permita envejecer con tu familia; rabia, por no poder cumplir aquellos sueños que seguramente habías imaginado.

Nos dejas un dolor tan intenso entre todos aquellos que te conocíamos, que será muy difícil, para todos reponernos de este golpe. Dolor, porque dejas una hija y una mujer que aún te necesitaban, pero te diré una cosa, vete tranquilo, porque sé, que han sido felices a tu lado, que supiste darles todo lo que necesitaban; Dolor, porque ya no podremos disfrutar de tu presencia.

Los recuerdos se agolpan, porque desde que yo era un niño has estado presente, recuerdo tu 850, las tardes de pesca contigo, las sobremesas interminables en la barbacoa, las noches de San Joan, con la olor a pólvora que tanto nos gustaba, y así podría narrar infinidad de momentos.

Últimamente, compartíamos la escuela de nuestros hijos, y hablábamos del futuro, del paso a la vida laboral, y todas aquellas cosas que preocupan a cualquier padre. Pero desde que entró mi hijo en la escuela, me implicaste en el AMPA, y todos los años nos veíamos la tarde del sopar de pares, para poner las luces que iluminasen el patio de la escuela. JOSE, este año también se pondrán, pero sé, que esa noche aunque sean las mismas bombillas la luz que desprendan no será la misma.

Dicen que en la vida se tienen muy pocos amigos, Yo no sabría decirte los que tengo, pero hoy sé, que me han quitado uno.

JOSEP, JOSE, TIET, SUEGRO, DESCANSA EN PAZ